MITOLOGÍA PARA NIÑOS: Perseo el héroe que por amor a una madre tuvo que vérselas con Medusa
2. Inicia la aventura | Las aventuras de Perseo | MITOLOGÍA PARA NIÑOSPerseo era nieto de Acrisio, el rey Argos e hijo de la bellísima Dánae y de Zeus, el dios de dioses. Como ya contamos la pasada semana en su historia su abuelo tiene un papel fundamental pues a Acrisio el oráculo le había predicho que su nieto lo mataría y éste hizo todo lo posible primero para que no naciese y más tarde para perderle de vista.Para cumplir el primer propósito Acrisio encerró a Dánae su única y bellísima hija en una gran torre imposibilitándole cualquier tipo de relación con ningún hombre y así que no pudiera quedarse embarazada. Pero aunque la idea era estupenda -sin embarazo no había nieto que le matase-, el plan de Acrisio se fue a la porra en el momento en el que Zeus se enamoró de Dánae y se convirtió en lluvia dorada penetrando en la habitación en la que estaba recluida por una de las grietas.
De la unión de Zeus y Dánae nació Perseo.
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Cuando Acrisio se enteró enloqueció por completo y desoyendo el consejo de todo el mundo quiso deshacerse de ellos arrojándoles al mar encerrados en un cofre de madera.
Ahora que vuestra salud es excelente y no corréis ningún peligro debo cumplir con las leyes de nuestra isla– les dijo un día Dictis.
Debo llevaros en presencia de Polidectes, el rey de Sérifos.
Desde el mismo instante en que Polidectes vio por primera vez a Dánae se enamoró perdidamente de ella.
El rey le ofreció todo lo que estaba a su alcance para conseguir su amor o al menos su mano, pero Dánae siempre lograba escabullirse. Pasaron los años y el amor de Polidectes se convirtió en obsesión. El rey se pasaba todo el día maquinando la manera en la conseguir a su amada. Algo que en los últimos tiempos se le había complicado mucho, pues Perseo había dejado de ser un niño para convertirse en el joven más bello y valiente del reino. Un joven que también tenía una obsesión, en su caso: proteger a su madre por encima de todas las cosas.
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La única manera de conseguir a Dánae era alejar de Séfiros a su hijo.
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En medio del banquete, el rey les preguntó a sus invitados qué le iban a ofrecer como regalo de bodas y todos llegaron a la conclusión que el mejor regalo sería un buen caballo. Todos menos Perseo. El joven estaba demasiado entusiasmado con la idea del futuro matrimonio del rey que liberaba a su madre así que no se le ocurrió mejor cosa que preguntarle al propio Polidectes qué era lo que él realmente deseaba
El rey no desaprovechó la oportunidad y sin dudarlo ni un instante respondió:
Nada deseo ni desearé más que la cabeza de la górgona Medusa.
El silencio de la sala al escuchar las palabras del rey fue sepulcral. Nadie hay sobrevivido a las terribles y monstruosas Górgonas que vivían en los confines de la tierra. Pero Perseo en lugar de amilanarse contestó:
Si eso es lo que usted desea no dude que le traeré su cabeza.
Mañana mismo partiré en su búsqueda.
Y así fue como el joven héroe inició un viaje que le llevaría hasta el Occidente extremo, muy cerca del reino de los muertos del que nadie creía que regresaría. Aunque con lo que no contaban era con que Perseo, como hijo de Zeus, tendría la inestimable ayuda de los dioses.
Si os parece lo contamos la próxima semana.
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