ARTE PARA NIÑOS: Kandinsky y la Abstracción al alcance de los más pequeños
30 propuestas para acercar el arte del s. XX a los niños | Abstracción | Kandinsky (VasiliI) | Las artes plásticas del s. XX al alcance de los más pequeños
Todas las vanguardias que hemos vistado hasta el momento –cubismo, futurismo y fauvismo– pese a las rupturas y novedades que en ellas se dan, se encuentran dentro del ámbito de un arte figurativo, un arte que describe objetos, personas… relacionados con una realidad «fotográfica». Éstos pueden estar representados de manera simultánea desde diferentes puntos de vista (cubismo), con colores exaltadamente diferentes a lo que normalmente reconocemos en la naturaleza (fauvismo) o tomando una nueva perspectiva en la velocidad, en el cambio que la nueva sociedad les ofrece (futurismo), pero en todos ellos seguimos reconociendo el objeto que el artista ha decidido describir.
Hoy vamos a hablar de Vasili Kandinsky, una figura clave del arte abstracto. El pintor que liberó definitivamente al arte de su función tradicional: ofrecer un reflejo de la realidad visible.
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EL COLOR SE HACE AUTÓNOMO e INDEPENDIENTE.
«Todo se volvía claro…
la descripción de los objetos perdía todo sentido…en el cuadro sólo quedaban los colores:
un abismo se abría a mis pies»
Esta frase fue pronunciada por Kandinsky en 1908, dos años antes – aunque para algunos cinco, pues hay bastante controversia sobre la fecha en la que fue pintada esta acuarela- de que crease uno de los cuadros más relevantes de su corpus de obra y del arte del s. XX. Se trata de la imagen que os presento a continuación, un pequeño dibujo que en los escritos de Kandinsky aparece catalogado como primera acuarela abstracta.

¿Qué es lo vemos? ¿Cómo lo describiríamos? Obviamente, si el patrón que pretendemos reconocer son figuras, objetos, o personas pintadas con más o menos destreza en el cuadro, no encontraremos nada. Kandinsky desde hacía años no tenía interés en definir objetos.
El arte abstracto se negará a pintar la realidadexistente para concentrar la fuerzaexpresiva de la obraen sus aspectos cromáticos,formales o estructurales.
En la pintura abstracta, la obra de arte se convierte en una realidad autónoma, sin conexión con la naturaleza y, como consecuencia, ya no intenta representar hombres, paisajes, casas o flores, sino simplemente combinaciones de colores que intentan expresar una necesidad interior de significar. Pero vayamos paso a paso y veamos que esto no es fruto de la ocurrencia de un día, sino un proceso, una búsqueda que a Kandinsky le condujo su vida entera.
CAMINO A LA ABSTRACCIÓN
Cuando Kandinsky miraba un cuadro para él lo más importante no era el objeto que estaba representado. No le importaba nada que hubiese una casa, una ciudad o una señora corriendo, para él lo importante eran los colores que allí se concentraban y la fuerza que en su combinación adquirían en la obra. En sus tiempos de estudiante en Moscú, mucho antes de dedicarse sistemáticamente a la pintura y hacer de la abstracción su búsqueda, tuvo una experiencia que le marcó para toda su vida: al observar un cuadro de la serie de MonetAlmiar fue incapaz de reconocer lo que en él está pintado.
Y de pronto, por primera vez, vi un cuadro.Leí en el catálogo que se trataba de un montón de heno, pero no podía reconocerlo (…)Me di cuenta de que faltaba el objeto del cuadro (…) Lo que tenía perfectamente presente era la insospechada y hasta entonces oculta fuerza de la paleta”.
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La idea está muy clara en su cabeza, pero el proceso que le lleva a la abstracción se realiza de manera gradual, como una evolución llena de continuas búsquedas e investigaciones. En el espacio de apenas seis años vemos como Kandinsky pasa de pintar cuadros de pincelada impresionista y maravillosos efectos cromáticos, en los que sus temas son los de las leyendas rusas (un ejemplo estupendo es Pareja a caballo, 1906) a otros que podemos inscribir dentro del Realismo Objetual. Obras en las que Kandinsky, sirviéndose del expresivo colorido que ha visto empleado en pintores fauvistas como Matisse, Dufy o Vlaminck, nos presentará los objetos como algo sin importancia, convertidos en meros ornamentos cromáticos abstractos (Murnau con Iglesia I, 1910)



«Pensé menos en las casas y los árboles,extendía con la espátula líneas y manchas de color sobre el lienzo, dejándolas cantar con tanta fuerza como me fue posible»
El camino está abierto, y será uno de los más fertiles dentro de la imaginación en el siglo XX. A partir de 1911, Kandinsky va a eludir la realidad de sus cuadros en pos del cromatismo, la abstracción y el movimiento. En los años siguientes su obra se suele agrupar en tres categorías:
- Impresiones: inspiradas en la naturaleza.
- Improvisaciones: Poco a poco vamos viendo en su obra un proceso de limpieza, en el que se eliminan las formas naturalistas. Así, por ejemplo, una montaña se convertirá en una curva con un vértice lanzado hacia el cielo o un río se trastocará en una imprecisa forma sinuosa. Cuadros cada vez más difíciles de analizar en clave realista, pues en ellos es el color y la línea lo que predomina sin detenerse en cuerpos, sino como búsqueda de una expresión libre, una via abierta en la búsqueda y exposición gráfica de emociones interiores.
- Composiciones: en la que ahonda en lo intuitivo desde el máximo rigor compositivo. Unas composiciones que si bien a partir de 1920 vemos como se van a ir llenando de formas precisas (abstracción geométrica) en su primer momento, que corresponde a la abstracción lírica, estarán creadas a partir de colores y formas libres, orgánicas, sin apenas geometría, jugando con ellos hasta conseguir sinestéticas obras musicales. Sí, habéis leído perfectamente la música es fundamental para Kandinky a la hora de establecer el nuevo lenguaje.
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PINTURA VERSUS MÚSICA
La pintura puede desarrollar las mismas fuerzas que posee la música
Kandinsky tenía la suerte, y lo digo desde la envidia más absoluta, de ser sinestésico. La sinestesia es una facultad poco común que tienen algunas personas, consistente en experimentar sensaciones de una fuente sensorial a partir de estímulos de otra modalidad distinta. Expresado de una manera sencilla el sinestésico, por poner un ejemplo, puede oír colores, ver sonidos, y percibir sensaciones gustativas al tocar un objeto con una textura determinada. No es que lo asocie o parezca tener la sensación: realmente se produce una contaminación de un sentido en otro. Kandisnky tenía la suerte de tener una respuesta sonora inmediata cada vez que tenía un color en su cabeza. Para él color y sonido eran una unidad indisoluble y el cuadro, la obra musical a componer.
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No es extraña que con estas experiencias Kandisnky necesite crear un lenguaje visual autónomo, en donde forma y color, liberados de su función de imitar la naturaleza, se conviertan en elementos expresivos con valor propio, que nos proponen una realidad diferente a la natural. Para ello, su modelo sera la música y la autonomía de los medios expresivos que en ella se empleaba, autosustentados y directamente conectados con la emoción.
Kandinsky dedicó su vida a construir una «teoría de la armonía» para la pintura, una regularidad interior que debíeran seguir las formas y los colores.
- Elegís dos músicas, muy diferentes Podéis elegir dos estilos contrastantes: música clásica y rock duro o dos obras antagónicas dentro de la música clásica: El Requiem de Mozart y La mañana de Grieg, o Un fragmento de La primavera de Vivaldi y Treno a las víctimas de Hiroshima de Penderecki. Da igual, cualquier idea que se os ocurra estará perfecta.
- Les dais dos hojas en blanco y unos colores a cada niño.
- Y una única pauta, deben pintar en cada uno de los folios lo que les provoque la música. No deben pensar, simplemente se tienen que dejar llevar por lo que allí están escuchando.
- amarillo: calidez, emoción y felicidad;
- azul: la paz y lo sobrenatural.
- verde: salud y la naturaleza
- blanco: la claridad, la armonía, la pureza.
- negro: la oscuridad, desconocido, el silencio eterno. Frente al blanco que permite el negro es un color que niega.
- rojo: alegría, la confianza y la vida misma
- marrón: es el rojo mezclado con el negro y un color que preludia tensión.
- naranja: ese mismo rojo mezclado con amarillo produce un color cálido y agradable.

Kandinsky pasó mucho tiempo preguntándose qué podía reemplazar al objeto y llegó a la conclusión que debía ser una cosa espiritual.
Kandinsky estudió el sonido interior abstracto de las formas y los elementos de la imagen (sean representaciones o puramente abstractos), entendiendo por ese «sonido interior» las sensaciones que emanan de ellas.
- La primera premisa que daría Kandisnky es que os situéis frente al cuadro sin ninguna prisa. Mirándolo sin concepciones previas. Kandinsky defendía que sus cuadros eran paseables. El espectador necesitaba un tiempo para poder caminar con la vista por los colores y las formas allí pintadas. Exactamente igual que sucede en la música, un arte que se desarrolla en el tiempo.
- Así le daremos tiempo a nuestros ojos para ver lo que allí está pintado. Si os fijáis en el cuadro que está justo aquí arriba, comenzaremos viendo un gran óvalo de distintos colores cálidos (amarillos y rojos) que girará lentamente hacia la derecha. Un óvalo que se va llenando poco a poco de cosas, con manchas verdes y rojas, que cada vez actuará más como un imán, pues seguro que ese profundo azul del fondo os irá atrayendo cada vez más.
- Un azul tiene varias salidas visuales, y si buscáis veréis líneas que llegan a él desde el exterior del cuadro. Son como puentes. Salidas hacia el exterior para iniciar el proceso.
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En cada vuelta que vayáis tejiendo os iréis encontrando nuevos colores y líneas o grupos de líneas que no habíais visto antes. Son como pequeños instrumentos dentro de una gran orquesta, pequeños sonidos que irán completando el gran fondo musical del cuadro, dominado por la voz grave pero dulce del azul del fondo.