ÓPERA PARA NIÑOS: El niño y los sortilegios de Maurice Ravel
- | 40 obras de música clásica que todo niño debería conocer | El niño y los sortilegios | El niño y los sortilegios (Ravel) | MÚSICA CLÁSICA PARA NIÑOS | Obras de música clásica que todo niño debería conocer | Ópera para niños | Ravel, MauriceUna habitación cualquiera. Dentro un niño intenta, sin mucho éxito, hacer sus deberes.
La madre se aproxima y cuando ve que el niño no ha hecho nada, le castiga dejándole como merienda un taza de té sin azúcar y un trozo de pan duro.
En cuanto la madre sale de la habitación, el niño, demuestra toda su ira rompiendo los objetos que tiene a su alrededor y maltratando a sus mascotas.
Una escena con la que seguro, en algún punto, todos nos identificamos. ¿Quién no conoce a un niño caprichoso y desobediente? Pues este es precisamente el argumento de la que se considera la primera ópera infantil de la historia de la música: El niño y los sortilegios de Maurice Ravel.
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Corría 1916, tiempos convulsos y dramáticos en Europa, y el entonces director de la ópera de París, Jacques Rouché, pidió a su amiga, la ya muy famosa escritora Colette que creara el libreto de un ballet (no me he equivocado, la primera idea de esta obra era componer un ballet que compitiese directamente con los Ballets Rusos de Diaghilev) de ambiente fantástico. A Colette le encantó la idea y en ocho días escribió el cuento Divertissement pour ma fille (Divertimento para mi hija) que como bien reza el título tenía por destinataria a su hija pero estaba inspirado en su propia madre, a la que en otros tiempos había rechazado por ser demasiado autoritaria pero que pasados los años había comprendido y echaba mucho de menos.
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El protagonista de la historia, ese niño maleducado con el que comenzábamos la entrada, llega un punto en el que aburrido de golpear y maltratar a cuanto objeto tiene a su alcance, decide sentarse en un sillón. Será entonces cuando ya calmadito, comience a vivir esos sortilegios de los que habla el título, en los que los objetos y los animales que le rodean van a tomar vida y le van a mostrar qué puede ocurrir si decide persistir con su comportamiento. Así veremos a sillones bailar y a muebles imitar enfados; a princesas salir de libros maltratados para reprocharle al niño su terrible comportamiento; a la Aritmética perseguirle problemas matemáticos imposibles de resolver o a los diferentes animales de su jardín desafiarle y amenazarle en respuesta al trato recibido.
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Toda una pesadilla que finalizará cuando él muestre compasión hacía una ardilla herida y el resto de animales se den cuenta que en el fondo el muchacho malo no es. Los sortilegios llegan a su fin. Nuestro niño regresa el mundo real arrepentido y reclamando a gritos la presencia de su mamá para que lo consuele. ¡¡¡Como en la vida misma!!!
Un mundo fantástico para el que la propia Colette escogió a Maurice Ravel como compositor, aunque a este le costó tres añitos ponerse con el encargo. Eso sí, cuando lo hizo las posibilidades de la obra, con sus múltiples personajes y situaciones, le debieron gustar tanto que decidió transformar el proyecto que había sido concebido como ballet en ópera. Una ópera para niños compuesta como fantasía lírica de números independientes en el que se mezclan multitud de géneros musicales e intervienen instrumentos bastante poco habituales dentro de la orquesta sinfónica como ralladores de queso o látidos y en la que pájaros, roedores, insectos, batracios, muebles y ornamentos cantan al son de los ritmos que estaban de moda hace un siglo.
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La ópera con el definitivo título de L’enfant et les sortilèges, fue estrenada el 21 de marzo de 1925 en Montecarlo teniendo como director a Victor de Sabata y coreografía de George Balanchine. Ravel, encantado con el resultado, la describió con las siguientes palabras:
- «Nuestro trabajo exige una producción extraordinaria: los papeles son numerosos, y la fantasmagoría es constante. Siguiendo los principios de la opereta estadounidense, el baile es una continuidad íntimamente ligada a la acción. Ahora la Ópera de Montecarlo posee un grupo maravilloso de bailarines rusos, increíblemente dirigidos por un prodigioso maestro de ballet , M. Balanchine… Y no nos olvidemos de un elemento esencial, la orquesta.»
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Os dejo varias versiones completas de esta ópera.
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Aunque si yo tuviese que mostrársela por primera vez a mis chavales, sin duda empezaría por el último video que os pongo. Cuatro minutos geniales en donde la Aritmética se lo hace pasar realmente mal a nuestro muchachito protagonista.
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